martes, julio 24, 2012

Revelación del ámbar

Emisario de una edad remota, el talismán se cifra y se contiene en
la imagen de su propio enigma. Contrario a lo que afirma la cre-
encia popular, no emana su poder de la materia que lo constituye,
sino del vínculo secreto establecido en aquel tiempo inmemorial
entre el objeto y un lenguaje esencial y primitivo. Mantra, oración,
conjuro, sortilegio: una palabra desata sus potencias. Una frase,
sencilla y exclusiva, las libera y magnifica, abre un umbral
  para
ir ahí: a lo remoto sacro, a la región más oscura del recuerdo.

De Amuletos, conjuros, maldiciones (Anónimo, s. XIX)


Rastros de un humo antiguo y prisionero
en la turbia transparencia
de su quietud tornasolada.


Evidencias de una era
cifrada en el silencio primordial
de un magro corazón -resina y sangre-
que palpita reverdecido sobre el pecho.


Restos: residuos:
sedimentos de un orden anterior
al nombre y a la hoguera.


Vetas de sombra,
xxxxxxxxxxxxxxxxmarcas de fuego,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxvestigios de la llama.


Lo que del signo prevalece en el deseo:
la condensada luz del mundo en ascuas:
la firme voluntad del amuleto:

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Este poema-fetiche ha sido publicado
en el número 176 de la revista Tierra Adentro,
correspondiente al bimestre junio-julio de este año.
Quede testimonio
.