De hebillas y pretinas
Magistral ilustración de Rogelio Naranjo
"Nadie se apretará el cinturón" (Milenio Diario, 10/10/2008): fue el mensaje de Felipe Calderón el pasado 9 de octubre, en medio del naufragio económico, para tratar de dar confianza y certidumbre ya no a los mercados internacionales (de suyo inciertos y desconfiados) sino a los hipotéticos ciudadanos que aún crean en su palabra (quien crea en la de Dios que lea al profeta Juan ["Apocalipsis" 17 y 18] que es un buenazo para eso de, precisamente, dar confianza y certidumbre ). ¿A quién aludió el presidente cuando dijo "nadie"?: ¿Al secretario Carstens, quien, es público y notorio, no precisa de cinturón alguno? ¿A su gabinete económico en pleno? ¿O acaso a Carlos Slim, que de flaco sólo tiene el apellido? Y, ¿a qué cinto se refería: al de usted, lector, piteado?, ¿al suyo, lectora, con hebilla de tianguis pero, eso sí, D&G?, ¿o al mío, "de vinil natural" (sic redundante) con su estampado de vaca?
La declaración, en realidad, tiene su gracia pero le falta el complemento: "Nadie se apretará el cinturón... porque nos vamos a quedar en puros cueros". ¡Qué lástima que no estén los tiempos para chistes!
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