Agruras

Desconócete : Conócete.

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La aparente sencillez de lo evidente.

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La evidente dificultad de lo aparente.

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La vida, como cualquier migraña: un malestar pasajero, aunque insufrible.

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Escuchado a José Luis González: "La vida es corta, pero ancha."

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Me he ejercitado a tal punto en el arte de la hipocresía que, a estas alturas, no sé ya de qué humor amanezco.

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Como el más condimentado de los platos, el amor satisface al devorarlo, pero su digestión provoca agruras.

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Desayunando con Emil:

Me he deseado en secreto las peores desgracias con tal de no ser yo el culpable de mi dicha.

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Como El Teco decía: "No me dejen solo conmigo mismo".

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Si bien nos va, un día terminaremos invitándole los tragos al tipo del órgano melódico que toca "Piano Man", de martes a domingo, en el bar de algún Sanborns de Insurgentes.

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Juan, 3:16 : Donde se infiere que quien ama instaura dictaduras.

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Ataviado con su blanquísima filipina, como un mesero de la maldad, el dentista se aproxima a nosotros con su charola de atroces instrumentos: somos los invitados a su merienda de dolor.

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Como Lichtenberg, yo también “he notado claramente que tengo una opinión acostado y otra de pie”. Sólo sentado surge la extensión mediocre de mi ingenio.

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Cuando su mujer le confesó que sí, que ella también llevaba una puta dentro, aquel hombre enamorado no encontró mejor remedio que volverse su padrote.

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Si amas algo, déjalo libre. Si regresa, pobre de ti.

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― Una cosa te recuerdo ―me dijo aquella mujer mientras fumaba el primer cigarro del desamor y mi mano, con el furor tedioso del desvelo, con una calma aprendida en otros cuerpos, aprehendía mezquinamente el triste botón de uno de sus pechos.

― Te lo repito: muchos hombres, en este momento, quisieran estar en tus zapatos.“Sí”, pensé, mientras mis dedos se deshacían de su juguete. “El problema es que, justo en este instante, yo mismo no quisiera ceñirme este calzado”.

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Una de dos: o me quedan grandes mis ideas o les queda chica mi cabeza.

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En el origen de la nube reposa ya su lealtad a la tormenta.

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Los viajes ilustran, pero sólo la quietud ilumina.

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Eliseo Diego: "Sólo quien ama vuela"... Ajá, como los buitres, los murciélagos y los aviones de la guerra, como algunos anónimos suicidas, igual que ciertos gases nauseabundos que rompen el encanto de los besos.

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Dos anotaciones de los Diarios de Franz Kafka:

"26 de setiembre. El dibujante Kubin recomienda como laxante 'Regulin', un alga molida que se hincha en el intestino, produce en él vibraciones, [...] a diferencia de los efectos químicos, insanos, de otros laxantes, que simplemente desgarran las heces y las dejan por tanto colgando de las paredes intestinales."

"30 de setiembre. [...] Durante toda la noche habló a menudo, y a mi entender con gran seriedad, de mi estreñimiento y el suyo. Pero hacia medianoche, cuando dejé la mano colgando al borde de la mesa, vio una parte de mi brazo y dijo: '¡Pero si está usted realmente enfermo!' [...] Tras despedirnos, aún me gritó desde lejos:'¡Regulin!'"

Me descubro maravillado, dichosamente atento antes que a los procesos creativos del genio o a las revelaciones de su numen deslumbrante, a la consistencia de sus heces.

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Por más que pretendas huir, nunca estarás lo suficientemente lejos de tu vida.

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En el amor, como en la cama, obtiene menos quien finge más.

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No te hagas ilusiones. Renuncia de antemano a toda gloria: quien condenado al fracaso evade su picota, se encontrará frente a frente con él, tarde o temprano.

© Foto: Jairo Buitrago