Preguntas programáticas para un futuro libro de poemas
¿Después de repetida cuántas veces
deja de ser la broma, broma?
¿Un chiste −como los calcetines−
se gasta con el uso
o es el tiempo quien degrada su color
aun en el oscuro
cajón de las polillas metafóricas?
¿Por qué buscamos el beso de Medusa,
el aplauso de colegas cuestionables,
las risas del público cautivo,
la santidad en las recetas del psiquiatra
si ninguno entiende nada
o, cuando mucho,
entiende lo que quiere?
¿Ya oyeron que en la calle
ha vuelto a estar de moda
la voz latosa de Nuestro Señor
de los Tamales Oaxaqueños?
Nosotros no perdamos la esperanza.
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En los márgenes de la cibercultura circula el cabalístico número 13 de la Revista Valderrama, que compendia el inefable Costa sin Mar, conocido en la escuela primaria con el pelotero nombre de Jorge Posada. Ahí pueden encontrar, además de esta estampa urbana y psicoanalítica, un elogio a Rita, la cajera más cadavérica de mi Superama de confianza (sito en el cruce de las avenidas Pacífico y Miguel Ángel de Quevedo). Vayan: http://revistavalderrama.blogspot.mx/2013/12/valderrama-13.html
En los márgenes de la cibercultura circula el cabalístico número 13 de la Revista Valderrama, que compendia el inefable Costa sin Mar, conocido en la escuela primaria con el pelotero nombre de Jorge Posada. Ahí pueden encontrar, además de esta estampa urbana y psicoanalítica, un elogio a Rita, la cajera más cadavérica de mi Superama de confianza (sito en el cruce de las avenidas Pacífico y Miguel Ángel de Quevedo). Vayan: http://revistavalderrama.blogspot.mx/2013/12/valderrama-13.html
2 Comments:
El señor de los tamales es mi pastor, nada me faltará.
Uno verde, de hoja de plátano, para ver si encontramos la metáfora dentro.
Un abrazo.
El tamal de la pastora es mi Señor. Dichosos los invitados a su cena.
Abrazo de vuelta.
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