Los saldos de febrero
No me fastidies, Noroña,
a cada cual lo que es suyo:
yo reparto, distribuyo,
a mí, güisqui, a ti, ponzoña
con retórica gazmoña.
Borracho sí como lumbre
y nado en la podredumbre,
y aunque a veces pierda el juicio,
para mí beber no es vicio
sino bonita costumbre.
Cordero soy, no Borrego,
no me cambien de apellidos,
se ve que andan malcomidos,
pero yo soy sordo y ciego:
si los he visto, lo niego.
Aquí mi palabra es ley
en materia de dinero,
cuál crisis, ¿cuesta de enero?,
bebo y como como rey,
cordero, sí, también buey.
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