Balance del viaje
No me gustan los viajes
porque dejo
la mitad del corazón
en una hamaca,
en una alberca,
en los vértices soñados
porque dejo
la mitad del corazón
en una hamaca,
en una alberca,
en los vértices soñados
de otros cuartos.
Regreso siempre más pobre
de los viajes,
gastado, triste,
sin algo en la maleta:
sin las risas, los brindis, los abrazos
de amigos cuyos rostros
se diluyen ya en el tiempo.
O a lo mejor sólo es que vuelvo
sin otras cosas de menos importancia:
objetos sin valor,
minucias, bagatelas
dejadas sin querer en las repisas de un hotel,
en cajones colmados de memoria:
chucherías en otro tiempo prescindibles
pero que hoy bien pudieran completarme.
Regreso siempre más pobre
de los viajes,
gastado, triste,
sin algo en la maleta:
sin las risas, los brindis, los abrazos
de amigos cuyos rostros
se diluyen ya en el tiempo.
O a lo mejor sólo es que vuelvo
sin otras cosas de menos importancia:
objetos sin valor,
minucias, bagatelas
dejadas sin querer en las repisas de un hotel,
en cajones colmados de memoria:
chucherías en otro tiempo prescindibles
pero que hoy bien pudieran completarme.
1 Comments:
Que difícil es volver a la realidad, después de un viaje...
Volver a la rutina... maldita rutina!
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