Cantar del inquilino
En el fondo,
me consuela saber que no soy dueño de esta casa,
que por vivirla he pagado un alquiler que no me ofende.
Me gusta no ser yo quien ha escogido
el tapiz de las paredes,
el sucio claroscuro de la estancia,
el falso esplendor de los espejos
que me humillan mañana tras mañana.
Me conformo con fincar
mi reino en lo inmediato,
saberme caracol,
estar de paso.
Que otra sea la dicha del casero:
Si se trata de elegir
prefiero la medida de mis versos:
en ellos mis palabras
se mueven a sus anchas.
Me gusta no ser yo
sino en lo contingente,
y aquí soy mi propia disidencia.
me consuela saber que no soy dueño de esta casa,
que por vivirla he pagado un alquiler que no me ofende.
Me gusta no ser yo quien ha escogido
el tapiz de las paredes,
el sucio claroscuro de la estancia,
el falso esplendor de los espejos
que me humillan mañana tras mañana.
Me conformo con fincar
mi reino en lo inmediato,
saberme caracol,
estar de paso.
Que otra sea la dicha del casero:
Si se trata de elegir
prefiero la medida de mis versos:
en ellos mis palabras
se mueven a sus anchas.
Me gusta no ser yo
sino en lo contingente,
y aquí soy mi propia disidencia.
("Cantar del inquilino" acaba de publicarse en el número 42 (agosto) de la Revista de la Universidad de México, en el que aparecen también poemas de Alberto Blanco, Josu Landa, César Arístides y Mariana Bernárdez).
1 Comments:
guapisimo
que lindo lindo poema
un abrazo desde las tierras lejanas de Australiand
yo
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