viernes, junio 01, 2007

¡Felicidades, Sargento!



a la memoria de Glen


Los que cumplieron más de cuarenta recuerdan
no para revivir la juventud, sino para decirla,
porque de veras no tienen miedo de los años
pero sí tienen miedo del silencio.
Julián Herbert


Si como cantó Gardel “veinte años no es nada”, cuarenta son apenas un suspiro, el tiempo que tardo en escribir estas líneas para celebrar las primeras cuatro décadas de la obra más imperfectamente perfecta de la música pop. Porque lo mejor no siempre es lo perfecto, y viceversa.

Acaso como esos artesanos que introducen una pequeña anomalía, un error calculado aunque mínimo en cada una de sus piezas para hacer de ellas una obra única, irrepetible, los de Liverpool renunciaron a la sencilla, y si se quiere casual, pero inmaculada excelencia de Revolver para, ya dueños absolutos de su talento, ejercer su libertad como mejor les vino en gana. Y lo que les dio la gana fue una de las obras de arte más emblemáticas no sólo del siglo XX sino de la Historia, una que antes de renunciar a sus erratas (apenas disruptivas, apenas perceptibles) las integra como sombras nimias, como el vuelo repentino de esa ave, como la apenas nubecilla que da mejor sentido al cielo de un paisaje que es todo fulgor.

A menudo me pregunto qué sería del Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, qué obra doblemente exacta, qué angélica criatura de Dios, de haber incluido esas dos joyas que, aunque grabadas en las sesiones del álbum, no llegaron a estar en la placa definitiva: "Strawberry Fields Forever" y "Only a Northern Song", en vez de la alegría sosa de "Good Morning, Good Morning" o de la densidad hinduista de "Within You Without You". Podríamos ensayar, quemar nuestro cd ideal y hacernos ilusiones. Pero eso sería tanto como traicionar a alguien a quien amamos con todo y sus arrugas, sus lunares, sus pelos y señales. Y yo amo al Sargento Pimienta desde hoy hasta el primer arrobamiento de mis ocho años.

Celebremos, cantemos, alcemos hoy la voz en honor de este joven perpetuo que desde hace cuarenta años no se cansa de demostrarnos que un día en la vida es toda la eternidad.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

She blew her mind out in a car...

And is just another day in the fucking live, isn't it?

Thanks

4:48 p.m.  
Blogger Juan Manuel Aragón said...

Es uno de los álbumes más perfectos de entre los discos de pasta que se editaron. Y el mejor de los Beatles, por lejos.

6:07 a.m.  
Blogger Víctor Cabrera said...

Anónimo:

No lo había pensado, pero sí, es más o menos así y acaso ella ya sepa cuántos agujeros hacen falta para llenar el Albert Hall. Te quiero.

Juan, gaucho:

Estoy medianamente de acuerdo contigo en cuanto a que el Sgt. Peppers... es uno de los álbumes más perfectos que se hayn editado. Ahí McCartney nos entregó un puñado de canciones impecables, pero bueh, con todo yo preferiré siempre el Revolver.

10:04 a.m.  

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