Responso del 15 de septiembre
Nuevamente
la noche habrá de oler
a la pólvora quemada de la patria,
y aunque ni tú ni yo aprendimos nunca
a no gastar nuestro parque en infiernitos,
esta fiesta no es ya la de nosotros.
¿Dónde estás?
¿En qué benéfico éter
te agitas ahora,
jovial en tu desvelo?
¿Te despertaron hoy tus muertos
con su canción de tumba?
¿Has visto a mis abuelas?
¿Te cantan allí también Las Mañanitas o
es que celebras un nuevo aniversario
entre los pálidos cuchillos de diciembre
‒tú, la última flor de todos mis veranos?
No digas nada.
Guarda silencio en tu quietud de esfera:
Todas estas son preguntas que me hago
‒retóricas, les llaman‒
para llenar de alguna forma
el hondo hueco del ahora.
No sé qué más decirte.
Está a punto de llover
‒acuérdate que siempre llueve en los cumpleaños.
la noche habrá de oler
a la pólvora quemada de la patria,
y aunque ni tú ni yo aprendimos nunca
a no gastar nuestro parque en infiernitos,
esta fiesta no es ya la de nosotros.
¿Dónde estás?
¿En qué benéfico éter
te agitas ahora,
jovial en tu desvelo?
¿Te despertaron hoy tus muertos
con su canción de tumba?
¿Has visto a mis abuelas?
¿Te cantan allí también Las Mañanitas o
es que celebras un nuevo aniversario
entre los pálidos cuchillos de diciembre
‒tú, la última flor de todos mis veranos?
No digas nada.
Guarda silencio en tu quietud de esfera:
Todas estas son preguntas que me hago
‒retóricas, les llaman‒
para llenar de alguna forma
el hondo hueco del ahora.
No sé qué más decirte.
Está a punto de llover
‒acuérdate que siempre llueve en los cumpleaños.
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