Dos fotos de Quito
Una densa neblina cubre Quito:
No viene del cielo
ni del verdor de su esperanza largamente postergada.
Desciende de sus cumbres,
de sus colinas coronadas de tristeza.
Por laderas,
por empinadas callejuelas baja.
Y no queda nadie en toda la ciudad,
no hay un alma que flote en el silencio de estas horas.
Sólo nubes que ruedan cuesta abajo.
Es tarde y me doy cuenta
que soy también el mismo
en estas coordenadas.
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